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Mostrando las entradas de enero, 2018

UN VIEJO SUBE EN HAEDO

un viejo sube al tren a paso muy lento en Haedo porta un paraguas viejo a modo de bastón. taconea en el pasillo, ignora a quienes ceden su asiento. lleva saco de otra era, sombrero y barba muy larga. parado y con dificultad saca una libretita de su saco. anota mientras baila al compás del tren y la física. escribe poesías a mano alzada para burlarse del tiempo. los pasajeros lo observan y ríen disimulando de su destreza. esos textos sobrevivirán a todos los que se divierten con él. y esos poemas contarán de esta fauna insensible. el tren se adentra al oeste, escribo a mano alzada todo esto. parado en el tren voy sin un bastón aún.

LIBERTAD

Ya casi ni me acordaba eso de arrastrar los pies por la cocina sin el miedo clavado en la nariz y la hostilidad respirando cerca. Logré dormir por la noche sin dejar un ojo abierto, por si a algún perro se le ocurre venir a lamer su odio. Pongo la pava sin súplicas tomo mates hasta la acidez y el hambre y el frío ya no se huelen en las paredes. Es absurdo, un ritual estúpido, esto de moverme por la casa con tanta facilidad y con la cabeza en alto. Va a pasar mucho tiempo hasta que pueda recomponer al fin, a aquél que alguna vez cerró la puerta de la jaula y arrojó las llaves a las fauces del resentimiento.

RE NACIMIENTO

Encontré una escalera plantada en un sueño y subí hasta donde pude. Aparecí en este mundo llorando a los gritos.

HABITANTES

Las muchas personas que me habitan suelen susurrarme. Hay voces que se encargan de recordarme las múltiples obligaciones a las que me debo sujetar. Otras, más calmas, sugieren que me arroje al vivenciar y al compartir. Luego hay algunas, más insistentes, casi al borde de la desesperación, que me suplican que me siente a escribir. Pero también existen otras, más imperativas, que me obligan a mirarlo todo, observar con angustiosa ritualidad, el devenir cotidiano de una vida mundana. Pero entre todas ellas, hay una muy débil, casi apagada, que aparece por las noches cuando el resto decidió llamarse a silencio y antes de rendirme al descanso, me pide que no me olvide de ser feliz con todo lo demás. Pero ya es tarde, cada vez que esa vocecita se pronuncia, ya caí inevitable a las profundidades del sueño.

ESCRIBIR FANTASMAS

Una frase choca en mi frente justo detrás de los ojos, tomo nota y mis dedos quieren dominar el ritmo. Una voz susurra palabras que levantan paredes, una de las tantas voces que emergen de mis profundidades y obedezco, y escribo. Y la revolución sería tal, si a los fantasmas dejo de buscarlos fuera de mi, sin miedos ni ataduras, asumiendo el riesgo de tropezarme demonios.

EN EL SARMIENTO

Cientos de personas sin rostro miran para afuera pero más miran para sí, van aferrando sus cositas con firmeza sus bolsos, sus mochilas, sus bolsas y se entregan al lunes mordedor sin descansos y sin apuros. Mientras, desde la ventanilla, los árboles desaparecen y las casas se alargan. La velocidad del viaje arrastra al paisaje desdoblándolo en algún pasado y el Sarmiento avanza inexorablemente cotidiano tragándose las venas abiertas del profundo conurbano.

ME HUBIERA GUSTADO UN DOMINGO

Me hubiera gustado un domingo con más sombra y menos moscas, que el viento se trepe a los Alamos y baje alivio a la frente. Que no hubiera este sol con soberbia y que, en cambio, hubiera llovido todo brotando la melancolía de los charcos. Me hubiera gustado otro domingo donde este ruidito del mate que anuncia finales, no esté amagando la conclusión de este descanso para arrojarme mañana a los perros del lunes.

EN EL SUBTE

Los veo caminar por los pasillos cómo autómatas en manada, con la mirada perdida y los pasos seguros. Suben y bajan escaleras sin leer los carteles de orientación y midiendo cada paso sin que se les caiga un gesto o una frase. A pesar de su rigidez, se mueven con la habilidad suficiente para evitar el contacto con el otro. No sé ustedes pero desconfío de las personas que siempre saben a dónde van y jamás permiten perderse. Apunte mental: cuando encuentre la salida, debería conseguir un mapa. O jurar nunca más descender a este laberinto multitudinario, a este infierno a pequeña escala, dónde siempre (pero siempre) logro sentirme solo.

1 DE ENERO

Llegando a las extensiones de la siesta prometida, el calor rige con puño de hierro a toda la casa. Mientras, Santino en la pileta, juega que es artista y despliega en el aire líneas barrocas. Ya va siendo hora que le compre acuarelas y unas hojas en blanco para que las manche con vida. Valentino se despierta a cara de perro y uno evita hablarle o mirarle porque sobreviene el berrinche. Las moscas arremeten ante las sobras de las sobras de la noche vieja y las botellas vacías descansan sobre el pasto destellando sol. El sueño absurdo de anoche me persigue todavía pero el nuevo año viene dibujando sonrisas y cansancio. Lore prepara cosas todo el tiempo, la inminencia del viaje amenaza la paz y la urgencia quiere meter mano en el feriado. El resto reposa tras el almuerzo, suena cumbia y la modorra se va acomodando sin discriminar. Empieza un nuevo año, más de trescientas chances de triunfar o arruinarlo todo. Se calienta la cerveza, mejor sería apura

MAGIA POR FIN

A la hora que domina la sombra, los teros dan la última vuelta. Sobre el césped, Valentino y yo, tiramos nuestra primera pared jugando al fútbol. Y el mundo se esconde. Somos campeones de todo.

ENCUENTRO CON PIZARNIK

ENCUENTRO CON PIZARNIK Amanece despacio y en mi mente persiste el humo de cigarrillo. Las palabras de la poetisa aún hacen olas en la vigilia: "La poesía no se busca, viene sola", dijo y me despertó.

El MAR

Inevitable, bastó enfrentarlo apenas, para comprender el alcance de mi insignificancia.

LLUVIERALISMO

No sé allá pero acá el cielo se viene abajo. Se llueve todo, hermano, llueve el derecho, llueve la dignidad, llueve el trabajo. Los sueños se ahogan y la esperanza está desaparecida. La verdad acá adentro llueve tanto, hermano que cuesta creer que un día va a parar. Va a parar. Ya vas a ver.

REYES

Todavía soy aquel pibe que dejó las zapatillas, el agua, el pastito y la ilusión intacta esperando a los reyes.

LA NOCHE

Esa oscura mujer, llena de encantos y tentaciones, al final siempre vuelve.

IGNORANCIA

Erigido e imponente, el castillo de arena no sabe que tiene las olas contadas.

DIVERSIMILIDAD

Hubo alguien que nos dibujó con distintas formas y nos pintó de distintos colores para que nos aceptemos. Y nosotros no paramos de encontrarnos la diferencia.

SER

Arrastrar las palabras  para no llevárselas por delante. Barrer el llanto y esconderlo debajo de la alfombra. Cabecear la pared  hasta que sangren los ladrillos. Correr con el alma y el cuerpo para no desaparecer. Sostener las ideas entre la voz y las acciones. Con el corazón lleno de preguntas, la angustia espiando los sueños, la bronca anestesiando la voluntad,  tratar de ser feliz. Ser, estar, parecer y padecer. Vivir como salga. Luchar Empujar Soltar Resistir.  Todo eso.  Y que valga la pena

A VECES EL TIEMPO

A veces el tiempo golpea la puerta en medio de la noche cómo desesperado que busca refugio  en la tormenta imprevista. A veces se esconde allá lejos de las rutas y detrás de los montes dónde se cuentan secretos el campo y las nubes. El camino se estira tanto que cuesta ver el final, y un simple perfume me reduce a lo que fuí, extrañando a ese otro y aquello que percibía entonces. Es un monstruo tan bestia como invisible, que no frena nunca, tan injusto que me sujeta a la melancolía, tan perverso que me enfrenta al espejo y tan agónico que me arratona y pliega la piel en los rincones. Es una maquinaria fiel que aceita la hamaca que me impulsa a la adultez sin consentimientos ní advertencias ni preámbulos. A veces lo siento mio, a veces no, a veces el tiempo.